El período comprendido entre la dictadura militar de 1976 y el año 2000 fue una época de profunda inestabilidad económica en Argentina, marcada por hiperinflaciones recurrentes y la consecuente necesidad de implementar drásticos cambios de moneda en un intento por estabilizar la economía y restaurar la confianza pública.
Durante la dictadura militar (1976-1983), la inflación comenzó a escalar, erosionando el valor del peso ley 18.188, la moneda vigente hasta entonces. A pesar de las políticas económicas implementadas, la inflación persistió, preparando el terreno para el primer cambio de moneda del período.
En 1983, con el retorno a la democracia, se implementó el peso argentino. Esta nueva moneda equivalía a 10.000 pesos ley. Sin embargo, la medida no logró contener la creciente inflación. Los años siguientes fueron testigos de una escalada hiperinflacionaria sin precedentes, que pulverizó el poder adquisitivo de la población y generó una profunda crisis social y económica.

Moneda del mundial de futbol Argentina 1978
La hiperinflación de finales de la década de 1980 llevó a un nuevo cambio de moneda en 1985: el nacimiento del austral. Un austral equivalía a 1.000 pesos argentinos. Inicialmente, el Plan Austral logró cierto éxito en la contención de la inflación, pero la estabilidad fue efímera. A finales de la década, una nueva ola hiperinflacionaria volvió a azotar al país, dejando al austral en una situación precaria.

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A principios de la década de 1990, en un intento por frenar la hiperinflación de manera definitiva, se implementó el Plan de Convertibilidad en 1991. Este plan estableció una paridad fija de 1 austral = 10.000 pesos argentinos (de la moneda de 1983) y, lo más trascendental, fijó un tipo de cambio de 1 peso convertible = 1 dólar estadounidense.
Con la implementación del Plan de Convertibilidad, se creó una nueva moneda: el peso convertible. Esta moneda convivió inicialmente con el austral hasta su reemplazo definitivo. La convertibilidad logró estabilizar la inflación y generó un período de relativa estabilidad económica durante la mayor parte de la década de 1990.

Representación de la convertibilidad.
Sin embargo, la rigidez del tipo de cambio fijo bajo la convertibilidad también generó problemas de competitividad y vulnerabilidad ante shocks externos. Hacia finales de la década de 1990, la economía argentina comenzó a mostrar signos de agotamiento del modelo.
A pesar de los desafíos económicos persistentes, el peso convertible se mantuvo como la moneda oficial hasta el final del período analizado, el año 2000. Sería en los años posteriores cuando la crisis económica y social llevaría al fin de la convertibilidad y a un nuevo capítulo en la historia monetaria argentina.
Este recorrido por los cambios de moneda en Argentina entre 1976 y 2000 ilustra la turbulenta historia económica del país durante ese período, marcada por la lucha constante contra la inflación y la búsqueda de una estabilidad monetaria duradera. Cada cambio de moneda representó un intento por superar la crisis, aunque con resultados diversos y consecuencias significativas para la vida cotidiana de los argentinos.